Pablo y Adrián

Pablo y Adrián

martes, 1 de abril de 2014

capítulo 1













 Emilio es un hombre de 40 años con problemas de depresión desde hace varios años. Se la pasa encerrado en la biblioteca y sólo la presencia de jóvenes guapos lo anima. Esa tarde ve lo que para él es una aparición. Es un joven de  15 años. No muy alto pero muy muy guapo. Pelo castaño.
--¡qué cosa tan guapa¡ --piensa Emilio entusiasmado-- vaya una cosa guapa como para estrujarlo, romperle ese culazo, que te lo rompa…
El chico se queda en la puerta fumando, Emilio dentro pero no le saca los ojos de encima. El guapo no tarda en entrar. Una chica se sienta con él.
--¡qué suerte la muy guarra, lo a gusto que se lo debe tirar, seguro que no ha tardado en abrírsele de piernas¡ --piensa.
Emilio pasa por al lado de la mesa del chico ¡que pedazo de cojones¡ Él tiene las piernas cruzadas y se le ve un bulto impresionante.
--Me corro en las ‘bragas’ del gusto –piensa Emilio.
Pasa varias veces por su lado para gozar de ese gran pedazo de paquete.
--¡Madre mía¡ tan jovencito y cargando algo tan grande –piensa para sí --¡qué machazo, me ha matado¡
La chica se da cuenta de las miradas de Emilio y lo mira bastante.
-- La guarra seguro que la so puta quiere tener la exclusividad ¡qué asco de tía¡ --piensa Emilio.
El hombre se deleita con ese bultazo genital en diez ocasiones. En uno de esos momentos que le mira la entrepierna, el guapísimo lo mira a Emilio. Ojos marrones. Emilio se estremece a sentir por unos segundos la mirada de ese chico tan guapo que luego sigue a lo suyo. Mira la pantalla divertido. Ríe mucho.
--Me encanta su sonrisa –piensa Emilio seducido.
El adolescente juega con un cigarro apagado en la boca.
--daría lo que fuera, mi vida por joder con él. Quiero su verga, deseo vérsela. ¡Me voy a volver loco si no lo consigo¡ --piensa Emilio.
Son las 18,30 ¡y va al lavabo y con lo cachondo que le tiene a Emilio va detrás¡
--Ya sólo por verlo caminar tan chulito, moviendo el culo, ¡me encantan las arruguitas que se le hacen¡ --piensa Emilio.
No creía que tuviera tanta suerte ya que como está haciendo un trabajo pensaba que iba a la impresora. Cuando lo ve tirar hacia el lavabo Emilio cree morir del gusto
-- ¡es todo un sueño¡ --piensa Emilio.
No ha habido suerte pero tampoco se puede quejar. Al abrir la puerta se lo encuentra con su culo. Bebe agua, su culo en pompa es pura delicia… ¡se tiene que sujetar para no clavarle las uñas¡ Se le ve un poco los calzoncillos, negros. Se va cuando Emilio entra.
--estos guapos que creen que por mirar los vas a violar aunque de ganas no me faltan –piensa Emilio.
Cada vez está más caliente, más pendiente de él. Le entra pis pero no quiere ir para ver si el guapo vuelve a ir al lavabo y aunque le moleste no lo piensa perdonar, le gusta demasiado como para renunciar a gozar de ese espectáculo. Finalmente si va porque no puede aguantar más. Pasa por su lado.
--y qué cosa deliciosa. No me esperaba esa sorpresa. Se la debe haber cambiado de posición porqué mira que he pasado y no se le notaba pero ahora…
Por debajo de los jeans claro, se le dibuja perfectamente su verguita de 12 centímetros.
--¡Preciosa¡ --piensa Emilio-- Es una verguita muy tierna que me encantaría saborear. Es como si lo viera desnudo, ya su tamaño no es un secreto para mí. Ha sido casi como vérsela en el lavabo, ya sé como la tiene. Ha sido una experiencia explosiva, un recuerdo para no olvidar, un recuerdo que siempre me pondrá cachondo.
Cuando vuelve del lavabo el chiquillo tiene la cabeza apoyada en la mesa, cara de dormido. Trabaja la chica que está a su lado.
--cómo me gustaría ser ella y dejar que se le quitara el sueño haciendo conmigo lo que quisiera.
Sale. A Emilio le gusta mucho su culo. Ahora no se le ven arrugas pero tampoco aplastado. Lo mueve mucho. Está un rato en el exterior, tiene cara de aburrido. Le mejilla apoyada en la mano.
Emilio vive otro momento erótico. De pie, frente a él. Muy buen paquete. Se arregla la ropa. Se pone bien la camiseta ¡se pone la mano dentro del pantalón¡ y Emilio está que se viene. Luego se pone de lado, se le dibuja bien la nalga y se le ve un pedazo de paquete. Es muy erótico, es como si estuviera desnudo. Se va con la chica. Se va al lavabo. Y Emilio detrás de ellos pero el guapo no llega a entrar en el lavabo de chicos.
--¿y este dónde se ha metido?
La única opción es que esté en el de chicas. La pared con los wáteres de chicos y chicas están la una pegada a la otra. Así que Emilio se mete en uno de los wáteres y oye lo que pasa en el lavabo de chicas. El chico se la quiere meter y ella no.
--Ya te bebí la leche y no me gustó… me dijiste que te bastaba,
--Ya, María, pero es que mira como me tienes…
--Joaquín yo…
Con una mano agarra la mano de la chica y se la lleva al paquete y con la otra la besa.
--Yo necesito estrenarme. Ya tengo 15 años, los dos somos mayores como para ser vírgenes…
La chica está vestida. Joaquín con los pantalones y los bóxers a los pies. Se va masturbando con la mano de la chica. Con la otra trata de abrir y agujero por la ropa de la chica.
--esto no está bien –jadea ella.
--no me digas que no. Sé que te gusto.
María está avergonzada. No se atreve a mirar esa gorda verga que se va acercando a ella pero Joaquín es muy guapo. Tiene una mirada muy tierna, una sonrisa que la vence. No dice que no pero tampoco que sí. Joaquín, con su mano, ahoga el jadeo de dolor de la chica. Joaquín está viviendo los dos minutos más intensos de su vida. No se oye nada pero Emilio se lo imagina. Se masturba mientras Joaquín vive su primera vez. Después, Joaquín se sube la ropa.
--¿ a qué ha sido fantástico?
Ella tiene cara de culpa. Ha sido decepcionante para ella.
--No ha estado bien, almenos me tienes que prometer que serás mi novio.
Joaquín sonríe. Su sonrisa dice una cosa pero su mirada otra.
--claro, yo te llamo.
--¿me esperas fuera?
--si, ahora hablamos.
María espera ser la novia de Joaquín pero Joaquín no tiene intención de volver a ver a María. Se va deprisa y María llora al no encontrarlo en el exterior. Siente la mirada de Emilio que la mira con desprecio. El hombre también está dolido porque no ha vuelto a ver a Joaquín. Le ha gustado ser casi testigo de la primera vez del muchacho y le hubiera gustado verlo sabiendo que ha tenido sexo. Odia a esa chica que ha visto y disfrutado (almenos eso cree Emilio) de lo  que nunca disfrutará él. Por unas horas Emilio ha olvidado sus problemas de depresión. Joaquín lo ha hecho inmensamente feliz.



No hay comentarios:

Publicar un comentario