Pablo y Adrián

Pablo y Adrián

miércoles, 9 de abril de 2014

Capitulo 3





Javier se está dando una ducha. Joaquín a su lado. Lo mira con deseo y dolor. Lo tiene a tocar de su mano pero tiene que hacer un esfuerzo para no tocarlo. Reprime sus sentimientos. Sus lágrimas. Javier vive en su mundo, feliz por el descubrimiento del sexo y le da igual el resto.


--Es que yo me pensaba que tú no te acostabas con nadie más y por eso no te decía nada.


Javier tiene su desnudo cuerpo lleno de jabón y Joaquín improvisa una mentira.


--me puedes decir lo que quieras. Tenemos confianza.


Joaquín lo mira. Javier aún no está formado del todo pero tiene un cuerpo impresionante. Los dos están muy bien formados para ser tan jóvenes. Joaquín miente. Improvisa. Su voz tiembla pero Javier no se da cuenta de nada.


--Es que estoy saliendo con una chica.


--No me dijiste que no la ibas a volver a ver más –dice Javier con la cabeza bajo el agua.


--Es otra. Llevo días acostándome con los dos y no puedo más. Tú me caes bien pero no me gusta acostarme con un tío.


Javier tiene la cara llena de jabón. Joaquín puede disfrutar de ese tierno cuerpo que le enloquece sin que su amigo se dé cuenta. Nunca se había fijado en el deseo que le despierta su amigo pero lo desea como nunca deseó a nadie. Ahora sabe que jamás volvería a estar con una mujer, en el sexo prefiere a los hombres pero le costará encontrar a otro que le despierte lo mismo. Aunque se jura así mismo que nunca volverá a caer.


--¿no te gusta el sexo conmigo? –sorprendido—pues cualquiera lo diría por como gimes. Yo creí que te gustaba más que a mi.


Javier se muestra divertido pero despreocupado.


--era por dolor.


--pues tú te lo pierdes. A mi me da igual porque ya te rompí el culo pero peor para ti.


Y Joaquín odia esa frialdad en su amigo. Jura que nunca su amigo sabrá la verdad. Nunca más se acostarán juntos y él nunca sabrá que no es hetero como quiere hacerle creer.


 


5 años después…


 




Joaquín y Javier están en la universidad. Han seguido juntos y ha quedado olvidado el romance que vivieron. Joaquín está convencido que Javier ni se acuerda que se acostaron juntos. Joaquín nunca ha olvidado a su amigo pero se ha acostumbrado a fingir. A ocultar sus sentimientos. Javier está convencido que su amigo es hetero. Joaquín siempre tiene una sonrisa para su amigo con tal de ocultar que está sufriendo porque lo ama en silencio pero no le gusta que sea un coleccionista de hombres. Sabe que se puede acostar con Javier cuando quiera pero es algo que no se piensa permitir. No quiere que lo utilice. Son los mejores amigos del mundo y eso es lo más importante para Joaquín y a Javier no le falta el sexo y eso es lo más importante para él. Están mirando las notas. A Joaquín siempre se le van los ojos hacia el bonito culo de su amigo pero Javier no se da cuenta. Además está demasiado pendiente de él mismo.


--¡otra vez me han suspendido¡ ¡¡esto no es justo¡


Joaquín se le ríe.


--pero si no estudias. Sólo piensas en el sexo.


--El profesor Bernardo me tiene manía.


Joaquín le tiene cariño pero odia como es su amigo, lo frívolo que es.


--¡¡Es que sólo a ti se te ocurre acostarte con un profesor para que te apruebe, seguro que le contó al nuevo y por eso te tiene manía¡


--¡y bien que lo disfrutó¡ ¡pero yo con el Bernardo este no me acueste ni loco¡


--pues es más guapo que el otro tipo que hasta calvo era.


--¡qué dices, es un imbécil, que asco¡ ¡¡lo que pasa es que tú no entiendes de machos¡


Joaquín le sonríe con cariño.


--voy al lavabo. Me estoy meando.


Joaquín se la saca en el urinario. Javier va tras él. Se le queda mirando.


--oye, no recordaba que la tuvieras tan grande.


Javier lo está devorando con los ojos y Joaquín está ardiendo. Le sonríe para fingir que no pasa nada cuando está deseándolo.


--¡Necesito que alguien me ayude a desahogarme¡ ¡¿porqué no te animas? Si lo intentas te gustará…


Joaquín se la guarda. Mira a Javier. Lo acaricia con cariño. Le cuesta no besarlo, mentirle pero sabe que él sólo busca cualquiera que le de placer para luego desecharlo.


--me puedes pedir lo que sea menos eso. Sabes que no me gustan los hombres.


Javier lo mira con deseo.


--y es una lástima.


Entra un chico en el baño. Javier sabe que siempre lo sigue porqué le gusta vérsela. Joaquín aprovecha para irse. Está muy sofocado. Da un golpe a la pared. Llora por dentro. No salen y sabe lo que están haciendo y le duele.


 


Javier sale al rato más relajado. Joaquín lo observa a los lejos. Sabe que se ha acostado con ese chico que nadie nunca le dice que no. Ese chico sí se deja usar por Javier cuando sabe perfectamente que luego Javier no lo volverá a mirar a la cara hasta que necesite otro polvo.


--¡yo no sé cómo se lo permite¡ ¡¡no tiene dignidad¡ --piensa Joaquín.


Y Joaquín siente celos aunque él mismo se dice que no debe sentirlos porque cualquiera se puede acostar con Javier y eso es algo que le duele. Javier se le acerca. Está más tranquilo y ya ha olvidado que minutos antes se quería acostar con su amigo.  Joaquín hace el que no se ha dado cuenta de nada.


 --donde estabas?


--con la putita esa. Le encanta mi leche al tonto ese. Casi hasta se la bebe del condón. Es un degenerado. No me extraña que no tenga amigos.


Joaquín no entiende como ese chico se deja usar de esa manera. Está seguro que Javier no debe ser nada delicado en el sexo y en cambio el otro lo sigue una y otra vez. Joaquín, por un  lado, quisiera poder ser como el otro chico, pero por otro no. No soportaría que su amigo lo use como usa a los demás.


 


En otra parte de la ciudad. Un hombre maduro sale molesto de un despacho de abogados. Una joven muy fea sale de la esquina y los dos se chocan. Él se disculpa y recoge el documento que se le ha caído al piso. Un testamento.


--¡que culo¡ --dice ella sin pensar al ver ese culo en pompa.


El hombre la mira sorprendido. Cree que ha entendido mal.


--¿Cómo dices?


--no nada ¿te ayudo en algo?


Ella está deslumbrada por ese hombre. Es maduro pero muy guapo. Ella ha quedado muy excitada porque un hombre tan guapo la toque y no quiere que se vaya.


--¿tienes un problema legal? Soy abogada. Puedo ayudarte.


A él le hace gracia la manera en la que la mujer quiere retenerlo. Es muy fea y nunca se fijaría en ella pero le da conversación.


--gracias pero no puedes ayudarme. Tengo menos de un mes para casarme y estoy solo así que voy a perder una importante herencia.


El hombre es muy guapo y ella nunca ha logrado que un hombre se fije en ella. Sólo por pasar la noche de boda se casaría con él sin pensarlo.


--¡pero si eres un sueño de hombre¡ ¡¡hasta yo me casaría contigo sin pensar¡ almenos viviríamos una bonita noche de bodas.


Él le sonríe. Le hace gracia que esté tan desesperada y no le sorprende.


--te lo agradezco pero la mujer con la que me case tiene que estar a mi lado un año para que pueda cobrar mi herencia. Mi viejo me la ha jugado bien. Incluso me van a investigar para asegurar que el matrimonio sea válido y no un teatro para cobrar la herencia. No vale de cualquier manera.


La fea nunca pensó que tendría una oportunidad así y no piensa rendirse. El hombre se va y ella está loca por ese culo.


--¡no te vayas, yo lo haría¡ ¡después de estar con un hombre como tú nadie me podría decir que no te amo¡


Los dos están desesperados aunque por diferente motivo.  Él se gira.  La mira sorprendido. Entiende que la mujer esté desesperada pero tampoco se ve tan guapo como para que se le regale de esa manera.

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