Pablo y Adrián

Pablo y Adrián

miércoles, 9 de abril de 2014

Capitulo 8





Julio y Teresa están volviendo a casa en un taxi. Ella está muy ilusionada. Toma de la mano a su guapísimo esposo. Julio mira hacia la ventana. Está algo nervioso. Hasta ahora su matrimonio ha sido cosa de dos pero a partir de ese momento mezclaran a otras personas. La familia, abogados. Teme que todo el mundo se dé cuenta que su matrimonio con la fea es una farsa. Teresa no deja de hablar.
--Me siento como Pamela Ewing en la primera escena de Dallas.
Julio, como no la escuchaba, piensa que se ha perdido algo y por eso no ha entendido nada de lo que ha dicho.
--Perdona?
Cree que no ha entendido bien porque no sabe qué tiene que ver la Ewing en ese momento.
--¿Es que no veías Dallas? ¿no te acuerdas de cómo comenzaba la serie?
Julio sonríe. La mira simpático y dice:
--espero que tú familia no me reciba tan mal.
Teresa se le ríe. Le da un golpe en el muslo.
--¡Mi familia es mucho peor que todos los Ewing juntos¡ ¡¡ya verás cuando los conozcas¡
Julio queda pálido. Traga saliva. A Teresa le hace mucha gracia la cara de susto de su esposo.
--¡era broma¡
Y Teresa venga a reír.
--Estás loca¡ --dice él finalmente riendo también.
Teresa lo besa. Ella se muestra apasionada pese a que él no le hace mucho caso.



Por su lado, Javier está llegando a casa. Justo en el portal lo está esperando Tomás con muy mala cara. Javier llega algo triste porque le da pena no saber nada de Abraham. Por la cara de su padre ya se da cuenta que no es nada bueno lo que le tiene que decir.
--papá, ahora no quiero discutir.
Tomás bofetea a su hijo:
--¡Maricón¡
Javier mira con rencor a su padre pero pasa de largo. Tomás agarra del brazo a su hijo.
--¡Ahora mismo vamos a un loquero a que te cure¡ ¡pero tú no te vuelves a acostar con otro hombre¡ ¡¡Yo te presentaré a unas buenas hembras¡
--¡las mujeres me dan asco, me gustan los hombres y me acostaré con todos los hombres que me dé la gana¡
Tomás hubiera matado a su hijo de no ser porque, avisada por vecinas chismosas, la madre protege  al joven. Como loco, Tomás va tirando las fotos de Javier en el río con Abraham.
--¡mira en qué depravado has convertido a tu hijo¡
A los vecinos sí les toma más de sorpresa pero no así a Pilar que se enfrenta a su marido.
--¡Javier hará lo que le dé la gana¡
--¡Pues dejará de ser mi hijo¡
Con ojos llorosos y muy abrazado a su madre Javier dice:
--Soy gay y no pienso esconderme. Me siento muy orgulloso de lo que soy.
Uno de los empleados de la casa se pone delante de Javier para que su padre no lo golpee. Tomás no deja de gritar:
--¡Estás muerto para mí¡ ¡muerto¡

Con Tomás está una joven negra que podía ser su hija pero es su esposa.
--¡no le des más dinero a ese degenerado¡ ¡desherédalo¡--dice la joven.
--¡no te metas con mi hijo¡ --Pilar.
Tomás separa a las dos mujeres.
--¡deja los celos¡ ¡¡mi esposa tiene razón¡ --dice Tomás.
Teresa y Julio llegan en ese momento. Es Teresa la que pide a su padre que se vaya.  La negra se siente ganadora. Confía en que todo el dinero de la familia sea suyo y sonríe a las miradas de odio de todos. Después de lo que ha ocurrido con Javier, el matrimonio es recibido como si todo fuera normal. Varios vecinos, empleados de otras casas han salido a ver lo que pasa. Uno de ellos es un guapísimo marroquí al que Javier mira con cierta rabia.

Julio y Teresa llegan a su habitación que está en el piso de arriba.
--veo que mi mamá lo ha dejado todo bien preparado… --dice Teresa al ver que el lugar está bien acondicionado.
Julio está muy callado. No se atreve a decir nada. Es Teresa la que sigue hablando.
--Me da pena por Javier. Me duele que lo hayan descubierto pero a nosotros nos ha venido bien porque así no ha habido preguntas.
--me imagino que algún día tendremos que dar la cara…
Teresa abraza a su marido. Lo mira pícara:
--pero ahora no, podemos pasar un buen rato.
--es que estoy cansado ---se queja él.
Pero eso no es una excusa para Teresa.
--pues no hagas nada –dice ella apunto de desabrocharle los pantalones.
Julio saca de nuevo el tema de Javier para tratar de desviar la atención de Teresa.
--me da pena mi cuñado ¿¡cómo lo habrán descubierto? No creo que tu hermano lo haya dicho así para que se enteren todos.
--No sé, Javier siempre ha vivido su sexualidad de una forma muy libre. Tampoco se ha escondido nunca así que no es raro que alguien haya venido con el chisme.
--Debe ser duro que tu padre no te acepte.
Teresa se pega bien a Julio buscando su calor. Va hablando.
--y espero que mi padre no se entere que quien estrenó a mi hermano fue su sobrino.
Julio mira a Teresa algo escandalizado:
--¿¿tu hermano y tu primo?
Ella va haciendo que sí. Julio está con cara de pensar: menuda familia.
--si. Mi primo Alfonso es el que estrenó a Javier. Mi hermano tenía 16 años, mi primo 26 años.
Julio abre los ojos como platos. Está bastante impactado. Teresa que se casa con un desconocido, el padre casado con una negra de la edad de sus hijos y ahora esto.
--Pero eso nadie lo sabe... solo tú...
--si gracias, claro… --dice Julio casi temblando.
Julio se ha quedado tan sorprendido que no dice nada. No reacciona. Cuando se da cuenta sus jeans y sus bóxers están en sus pies y Teresa ya tiene su dura lanza en la boca.

Por otro lado, Javier se está desahogando con el marroquí al que miraba con rabia. Los dos desnudos en la cama del segundo. Javier le golpea con rabia penetrándolo como si quisiera culparlo de algo. Luego Javier se queda más relajado. Los muchachos comparten un cigarro.
--¿tú hablaste? –le reclama.
El otro se enoja.
--¿¿cómo crees? ¡¡Mis viejos me matan¡
Javier va apurando el cigarro.
--No te preocupes, tampoco era un secreto.
El otro sigue preocupado:
--Mis padres se lo tomarían peor. No digas nada.
Javier sonríe vengativo:
--Ahora a mí ya me da igual, que se sepa con quien me acuesto.
Le gustaría que esa relación llegara a su padre.
--¡no me hagas esto¡
El marroquí tiene miedo que por lastimar a su padre, Javier hable de más. Javier le asegura que no lo hará pero que nunca más se esconderá.




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